"Diversas formas de expresión en el Arte"
LA SÍNTESIS DEL NIÑO
Por Susana Weingast
Dibujo de Albert, 5 años
La memoria y la percepción están ligadas, o dicho de otra manera, todo lo
percibido queda en nuestra memoria.
Rudolf Arnheim dice que " lo que memorizamos no es un registro mecánico, sino la
captación de los rasgos de la estructura que vemos" muchas veces, podemos pintar
o cantar algo que nuestra memoria registró.
En general se hace uso de lo que ya estaba registrado en la memoria. Todo
nuestro mundo exterior y anterior, lo percibido con anterioridad puede
actualizarse, plasmarse, juzgarse, aceptarse o rechazarse, pudiendo de esta
manera, por medio de la evocación interna contemplar y reveer imágenes de
nuestra propia historia.
Es decir que pueden llegar a existir dos imágenes contrapuestas: una es la
evocada, la que vimos y se almacenó en nuestra memoria a una determinada edad y
en una determinada circunstancia y la otra imagen es la actual, en esta época y
ahora, no ligada a la memoria, la cual acoplamos a la anterior, pudiendo
variarla y sorprendernos cuando comparamos las dos.
John Locke usa la palabra "ideas" para describir el material percibido y lo que
sucede dentro de la mente del individuo y estas ideas generales son solamente
temporales, necesarias a nuestra mente, para luego poder sobre la base de otras
experiencias perfeccionarlas.
Un niño cuando dibuja una flor, por supuesto de la imaginación, lo hace de
manera sintética, cuatro o cinco pétalos redondos, un centro también redondo y
un palito para sostenerla y la pinta de rojo y verde.
Con el correr de los años este niño creció y conoce muchos tipos de flores:
todos los verdes de la naturaleza y los matices de colores y cuando
espontáneamente se le pide que dibuje una flor, comienza a pensar ¿qué flor? ¿de
qué color? ¿el centro es con detalles? ¿las hojas son en punta y miran para qué
lado? El niño no se cuestiona, es auténtico. Con los años, el adulto cuestiona
porque ganó en experiencia perdiendo su espontaneidad.
En su memoria está la síntesis, la flor percibida en su niñez, que fue dibujada
con líneas netas y colores puros.
Hoy viene el cuestionamiento, ¿dibujo una rosa? ¿o una margarita? ¿la pinto
amarilla o violeta?
He aquí los cuestionamientos que hacen que pongamos trabas en nuestra
creatividad, excusas para no realizar una imagen, ya que ésta ha sido muy
intelectualizada.
No hay nada más riguroso que nuestra propia censura, solamente los grandes
maestros de la pintura, pueden volver a dibujar una flor con la síntesis del
niño mostrando así el adulto libre.
Los cuestionamientos del adulto van más allá de la realidad visual actual,
porque está por medio su experiencia, su madurez, su crecimiento.
La imágen perceptual evocada y la actual, se contraponen, haciendo más difícil
la labor de plasmar los objetos con la total libertad y síntesis, debiendo
retrotraerse a la libertad del niño para poder expresarse en base a la síntesis
original.
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